El autor de la excelente Footing sostenido (Beatriz Viterbo Editora, 2005) se explaya sobre la génesis de su primera novela, los ecos de su publicación y su presente de escritor.
Nacido en Lomas de Zamora en 1967, Santiago Stura reside actualmente en Adrogué. Realizó estudios universitarios en la ciudad de La Plata. Su cuento “Vía Muerta” fue finalista en España en el Concurso Internacional de Cuentos Max Aub, edición 2001. Footing sostenido fue finalista del Premio Clarín de Novela edición 2000 y en la edición 2004, donde fue presentada bajo el título “El recuerdo triste”. Desde su publicación hacia fines del 2005, la prosa cuidada e imaginativa de Footing... revela a Stura como una de las voces más singulares dentro de la nueva narrativa argentina.
-Te graduaste en Geología en la universidad, sos autor de varios trabajos y publicaciones especializadas... ¿Qué lugar ocupa la literatura entre tus actividades?
-Un lugar ante todo afectivo, por eso queda fuera de comparación con cualquier ocupación posible. En lo personal, la literatura no va más allá del simple placer de la lectura y todo aquello que la complemente y enriquezca. La escritura, su consecuencia, es la necesidad de leer la historia o la forma de contarla que aún no hemos leído, mera impaciencia de lector.
-¿Cuándo y cómo surgió la idea de escribir Footing Sostenido?
-En la búsqueda de la única voz posible con la que el narrador podía contar la historia. Ese fue el primer paso, luego surgieron la trama y sus variantes. Toda primera novela es autorreferencial, inevitablemente, por lo que utilicé diferentes historias, paneos, recuerdos para unir sucesos y así darle continuidad al relato.
-¿Qué problemas tuviste que enfrentar durante su escritura?
-Escribir una novela policial implica ingresar al último, quizás el único de los géneros, con sus marcos, sus leyes y personajes bien definidos. Un género que no sólo sufre de hiperproducción, sino que ha invadido todas las literaturas posibles. Había comenzado a escribir Footing Sostenido y a las pocas páginas irrumpía un detective, bajaba de un colectivo y cruzaba la calle con las solapas del impermeable en alto. Estaba en el cuarto capítulo y recorría un caserón de clase alta, aparecía un mayordomo y un hecho que lo conmovía: la desaparición de su patrón.
Entonces surgió el consejo amigo de explotar la voz. El estereotipo ofrece una magnífica oportunidad para el absurdo, para la superlativización de los personajes, la cosificación de los idiomas y los modismos. Por eso elegí los dos marcos policiales por definición: el barco y la mansión. Una muerte en el Paraná, el Paraguay, como tierra ignota, personajes heterogéneos en ese cosmos que se desliza sobre el agua marrón, me dieron el mejor lugar para trabajar el hecho inesperado, grotesco, disgresivo.
-¿Cuál fue el resultado en tu opinión?
-Sin dudas escribí un libro que aún no había leído.
-¿Quiénes son los autores que más tienen que ver con el devenir escritor de Santiago Stura? O si preferís circunscribirte a Footing..., ¿a quiénes de ellos reconocés dialogando con tu novela?
-Comencé con “Footing Sostenido” en el 96. La historia fue más allá de la mera idea luego de leer “The Quiet American” de Graham Greene, un libro maravilloso. La voz del narrador, está muy influída por Gabriel Betteredge, un personaje entrañable de “La Piedra Lunar” de W. Wilkie Collins, aunque al releer la novela, cosa que me cuesta mucho, veo sombras, fugaces, por cierto, de “Una comedia ligera” de Eduardo Mendoza, “Trémula intención” de Burgess, “Los Hechizados” de Gombrowicz” y la magistral historieta “L’Oreille Casée” de Georges Rémi, todos libros que leía con mucho placer por aquellos días.
-¿Por qué creés que la obra tuvo que aguardar tanto tiempo para ser editada?
-Se me hizo difícil el encontrar una editorial que accediera a recibir la copia. Luego tener certeza de que la leyeran y la evaluaran. Se trata de ficción argentina escrita por un autor inédito y me cuesta imaginar negocio con menos perspectivas de rédito para una editorial. Por fortuna llegué a Beatriz Viterbo, la novela les gustó mucho y se me ofreció la publicación.
-¿Cuál fue y qué opinás sobre la recepción que tuvo Footing?
-Al día de hoy ha sido muy grata. Siempre me costó definir el libro, y su lugar en la literatura actual. Gracias a las reseñas, notas o comentarios, poco a poco voy encontrando palabras que describen mucho mejor a la novela de lo que podría hacerlo yo.
-En el año 2006, otra de tus novelas, Los cómplices, recibió una mención en el concurso "Fomento a la producción literaria" del Fondo Nacional de las Artes. ¿Qué nos podés contar sobre ella?
-Es una novela algo más extensa, quizás más narrativa, donde intenté trabajar diferentes planos de tiempo, con más personajes y con la idea de quitarle peso al suceso como vértice de la trama, que es uno de los puntales de “Footing Sostenido”. En este caso trato de superponer evocaciones de forma de darle cuerpo a una trama no lineal, sino al entretejido de destinos que se complementan y se anulan.
-¿Se publicará?
-La novela está lista hace un tiempo, espero que no pase el fin de año para verla a la luz.
-¿En qué estás trabajando actualmente?
-He regresado al policial, si bien manteniendo la voz de Footing, con la intención de crear un mecanismo que me permita como lector construir lo no contado, la historia oculta, la que se intuye. La trama en la que no sea necesario un capítulo final en el que el detective, rodeado de todos los sospechosos, nos diga cual fue la historia real, la que nunca hubiésemos imaginado o temido sospechar.
Publicado en El Eslabón, nº 74, octubre de 2006.
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